El difícil dilema de saber a quién despedir en una empresa
Las empresas, en el devenir de su actividad, atraviesan por buenos y malos momentos. En los buenos, acostumbran a contratar trabajadores para soportar el crecimiento de la actividad, pero cuando llegan las vacas flacas, en muchos casos, se ven obligados a despedir empleados para seguir manteniendo el negocio en funcionamiento.
Algunas señales de que la empresa no atraviesa por sus mejores momentos pueden ser:
- Se empiezan a producir retrasos en el pago de las nóminas.
- Algunos proveedores dejan de servir material al tener dificultades para cobrar sus facturas.
- No se pueden suministrar pedidos de clientes al no tener material.
- Los directivos están de mal humor y se reúnen constantemente.
- Y si aparece un coche de una compañía de cobro de morosos, aparcado en la puerta de la empresa, es que la cosa está ya muy mal, o es que no encontró otro sitio para aparcar.
Durante las crisis empresariales, en muchos casos, en lugar de analizar la raíz de la caída de las ventas de la empresa o de la falta de liquidez, la solución es despedir a empleados o directivos a diestro y siniestro, pensando que con el ahorro de estas nóminas la empresa conseguirá salir a flote.
El problema reside en que, para salir de una crisis, la empresa necesitará de sus mejores empleados y directivos, pudiendo darse el caso de que estos sean despedidos o se marchen ellos mismos a otras empresas al ver que el proyecto empresarial en el que se encuentran carece de futuro.
5 puntos que debes considerar para mantener a tus mejores trabajadores en la empresa
Para mantener a los mejores trabajadores en la empresa, podemos seguir, entre otras, las siguientes pautas.
- A los mejores trabajadores les puede resulta más fácil abandonar la empresa. Si el trato personal de estos trabajadores con sus superiores y sus condiciones laborales hasta la fecha han sido buenas, tendremos algo de terreno ya ganado para intentar mantenerlos en el proyecto empresarial. El paso siguiente debería ser reunirse con ellos, explicarles la situación, trasmitirles que se cuenta con ellos para salir de la crisis y, si tienen que hacer algún sacrificio, ofrecerles incentivos a futuro o facilidades para conciliar la vida personal con la profesional. Si la empresa no consigue retener el talento en los tiempos difíciles, será difícil que subsista. Además, puede ser muy poco motivador para el resto de la plantilla ver cómo se marchan los mejores directivos y trabajadores.
- Despide a los trabajadores tóxicos sin miramientos. Aunque estos siempre han estado ahí, en los momentos difíciles su labor tóxica y destructiva aumentará, de manera que se encargarán de propagar y maximizar los problemas, minar la moral de los compañeros e incluso animarles a abandonar la empresa. Ellos serán los últimos en salir, pero con una plantilla de trabajadores tóxicos y sin tus mejores trabajadores, habrás dado un paso de gigante hacia la extinción de la empresa.
- Utiliza instrumentos de valoración de los puestos de trabajo. Con estas herramientas será mas fácil detectar a los mejores trabajadores, como por ejemplo, el «método de puntos por factor», en el que se asume que existen determinadas características o factores que son comunes en cada grupo homogéneo de trabajo, dándose cada uno de ellos, con distinta intensidad o grado en cada uno de los puestos, puntuando el esfuerzo requerido en cada tarea de forma organizada y jerárquica.
- No dejarse llevar por el pánico. En estos difíciles momentos es fundamental hacer una lista de los empleados que consideramos más capacitados para sacar a la empresa de la crisis, en lugar de despedir por otros criterios como los importes de las nóminas, la antigüedad o la temporalidad. Si la empresa consigue mantener a sus mejores empleados y mantenerlos motivados, estará dando un primer paso para salir de la crisis.
- Eliminar los gastos ostentosos. No se debe, o no se debería, pedir sacrificios y despedir trabajadores manteniendo determinados directivos gastos ostentosos que podrían minimizarse. Si antes de tocar partidas salariales, o despedir trabajadores, se han minimizado estos gastos, la plantilla verá que la directiva asume sacrificios para sacar a la empresa adelante.
Si se consigue mantener a los mejores trabajadores en la empresa puede que esta consiga salir a flote, pero en la mayor parte de las ocasiones las empresas que afrontan crisis tienen que realizar reducciones de plantillas. El CEF ofrece a los interesados en conocer todo lo relativo al procedimiento y gestión de los despidos, el Curso Monográfico sobre Práctica en Despidos, en donde además se analizan los problemas que se presentan a la hora de calcular la indemnización de un despido (según el tipo de contrato, su duración y antigüedad o los conceptos retributivos a tener en cuenta y su cuantificación).
José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Director Administrativo y Financiero (CFO)