5 consejos para evitar que tus trabajadores se pongan en modo supervivencia
Si la mayor parte de los empleados de una empresa trabajan en «modo supervivencia», la empresa no contará con recursos humanos preparados para innovar y adaptarse a los cambios, por lo que languidecerá hasta su extinción.
- Son 3.000 euros a fin de mes, es lo que pienso cada día que voy a trabajar. Me da para pagar el colegio y las extraescolares de los niños, la hipoteca, el préstamo del coche y vivir dignamente. Estoy atrapado en una empresa, con un sueldo digno, en la que dedico una parte muy importante de mi jornada a sobrevivir a los ataques de mis compañeros. No es que tengan nada personal contra mí, es que la empresa siempre ha sido así. Se fomenta la competitividad interna y lo que hay es una guerra entre tantos bandos que muchos trabadores no soportan el ambiente laboral y abandonan la empresa.
- Y tu jefe, ¿no hace nada al respecto?
- Del jefe mejor no hablar, él también está en «modo supervivencia», casi no sale del despacho y deja que nos despellejemos mutuamente. A él ya le llega con su guerra con los otros jefes de área. Además, si nos peleamos entre nosotros, se siente más seguro en su puesto, ya que todo aquel que vale un poco y puede hacerle algo de sombra se marcha de la empresa.
- Y tú, ¿qué vas a hacer al respecto?
- He oído hablar de «la gran renuncia», un fenómeno que se está produciendo en países como Estados Unidos. No sé si apuntarme a la tendencia, creo que puede aportar mucho más en otro entorno profesional. ¿Qué me aconsejas?
Una conversación como esta puede tenerse entre amigos que hablan sobre sus trabajos.
Si la empresa llega a este punto, la empresa tendrá un «cáncer» tan extendido que para conseguir que salga adelante se deberán emplear a fondo sus directivos y los responsables de recursos humanos.
Puedes librar algunas batallas dentro de tu empresa, pero la empresa no puede ser un campo de batalla permanente en la que trabajadores, jefes o departamentos enteros se enfrenten en una guerra sin cuartel.
En un ambiente laboral tóxico el talento saltará a otra empresa, como la rana salta en contacto con el agua hirviendo. El problema es que a veces el agua se caldea poco a poco y llega un momento en que ya no hay ni fuerzas para saltar, solo queda esperar a que se cueza el finiquito con la quiebra de la empresa.
¿Qué es el «modo supervivencia»?
Las personas a veces se marchitan y dejan de luchar por crecer, centrándose solo en sobrevivir. Cuando se perpetúa la vida en «modo supervivencia» en una empresa, los trabajadores pueden acudir al trabajo en piloto automático con su cuerpo, pero su mente puede estar en otro lado, eso en el mejor de los casos, ya que, en el peor, puede estar deteriorándose a marchas forzadas y al borde de la depresión.
Un trabajador en «modo supervivencia» acude a la empresa esperando que pase la jornada, no disfruta de su trabajo, ni tampoco de su estancia en la empresa. Su malestar todavía no es bloqueante, pero si se mantiene en estado de alerta durante mucho tiempo, su salud física y mental puede resentirse notablemente, haciendo sentir al trabajador agotado y desconectado emocionalmente de la empresa. En este sentido, puede tener fallos de memoria, estar desconcentrado, tener problemas digestivos, ver alterado su sistema inmunológico y acabar con una fuerte depresión.
Luchar o huir, esa es la disyuntiva que se nos plantea cuando se activa el «modo supervivencia». Cuando esto sucede es porque percibimos una amenaza que puede representar un peligro para nuestra integridad física o psicológica. En esta situación se producen cambios hormonales y fisiológicos que nos preparan para la batalla, o para escapar de ella, focalizando toda nuestra atención en la amenaza que percibimos para intentar sobrevivir.
Pero además de a las personas, las empresas, como grupo de personas que son, pueden también entrar en «modo supervivencia», un estado que si se prolonga demasiado las puede acabar matando.
¿Cómo evitar que los trabajadores entren en «modo supervivencia»?
Para evitar que los trabajadores entren en «modo supervivencia», los directivos o los responsables de recursos humanos de la empresa pueden realizar las siguientes acciones:
- Fomentar las técnicas de relajación como el mindfulness. Las culturas orientales dedican más tiempo al autoconocimiento que las occidentales. En la cultura occidental vivimos atendiendo continuamente obligaciones, tareas y respondiendo a estímulos externos. Técnicas como el yoga o el mindfulness nos ayudarán a mejorar la capacidad de atención en el puesto de trabajo, mejoran la capacidad de concentración y ayudan a reducir el estrés. Los resultados para la empresa son una mejora en el rendimiento y la productividad, a la par que se mejora la motivación y satisfacción del trabajador.
- Desarrollar y fomentar la comunicación interna. El mindfulness también ayuda a mejorar la comunicación interna, ya que se aprende a escucharse mejor y escuchar mejor a los demás, lo que reduce los conflictos interpersonales. Además, la empresa debe desarrollar los canales adecuados para la comunicación, poniendo a disposición de los empleados las herramientas colaborativas que sean necesarias.
- Gestionar adecuadamente las cargas de trabajo. Una sobrecarga de trabajo constante puede ser el desencadenante de que los trabajadores se pongan en «modo supervivencia» y se conviertan en reactivos. Los responsables de asignar las cargas de trabajo deben asegurarse de que evalúan adecuadamente los tiempos de cada trabajo y reparten las tareas de forma equitativa.
- Fomentar el buen ambiente de trabajo. No se puede trabajar permanentemente en un ambiente laboral tóxico. Los trabajadores y jefes tóxicos deben ser detectados y ayudados para que reconduzcan su actitud negativa y si no es posible se debe prescindir de ellos. Es mejor quitar una manzana podrida del cesto, a que se pudra el cesto entero.
- Cultivar el pensamiento positivo. Los especialistas en psicología positiva defienden que cada persona puede gestionar sus sentimientos de forma positiva. Los responsables de recursos humanos deben intentar crear un buen clima laboral y fomentar el refuerzo positivo de los trabajadores, intentando con ello que los trabajadores gestionen sus sentimientos de forma positiva en lugar de ver el lado negativo de las cosas. En muchas ocasiones nuestra mente nos engaña y siente todas las preocupaciones como si fueran reales, activando el «modo de supervivencia», sin distinguir lo real de lo imaginario. Los responsables de recursos humanos tienen que intentar sustituir las ideas negativas, por pensamientos positivos, que les ayuden a convertir los desafíos en oportunidades.
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José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Colaborador del CEF.-