La empresa de los muertos vivientes: 7 puntos a tener en cuenta para evitar que los trabajadores de tu empresa se conviertan en zombis
Los muertos vivientes, zombis laborales, murieron en la empresa hace mucho tiempo y todavía no lo saben. Piensan que siguen vivos laboralmente, pero están en su puesto de trabajo, solo de cuerpo presente. Su cuerpo sigue el ritmo laboral mínimo necesario para que la nómina se siga ingresando todos los meses en su cuenta corriente, pero su cerebro viaja a otros mundos, sueña con otras condiciones laborales, o con otros jefes o compañeros, eso en el mejor de los casos, ya que algunos ya ni soñar pueden.
Trabajadores quemados, muertos en vida, algunos están diagnosticados, tienen el síndrome del trabajador quemado, otros no saben qué les sucede, se levantan cada mañana y acuden a su puesto de trabajo, pero llegan ya agotados sin haber empezado a trabajar, desmotivados, aburridos, hastiados, reactivos, cargados de críticas o malhumorados.
La RAE define al zombi como una persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad, o como un atontado, que se comporta como un autómata. Atontados sin voluntad, muertos en vida, trabajadores con problemas que necesitan ser ayudados por los departamentos de Recursos Humanos. Pero, conseguirlo no es fácil, ya que tienen que lograr que el hechizo desaparezca, para que vuelvan a la vida en la empresa. Sin embargo, la recompensa es grande, ya que si se consigue aumentar su felicidad y motivación, como consecuencia se incrementará su productividad.
La desidia y la frustración pueden desembocar en una bajada del rendimiento, siendo este uno de los motivos más alegados como causa de despido, ya que el artículo 54.2,e) del Estatuto de los Trabajadores, recoge como causa de despido disciplinario la disminución continuada y voluntaria en el rendimiento del trabajo normal o pactado, pero antes de llegar a este punto deberían analizarse las causas por las que los trabajadores dejan de ser productivos.
Para evitar que los trabajadores de tu empresa se conviertan en zombis, y en el peor de los casos tener que prescindir de ellos hay, 7 puntos que se pueden tener en cuenta:
- El estrés mata, sino físicamente, sí puede hacerlo laboralmente. El síndrome de estar quemado (burnout) o del trabajador desgastado se produce como reacción a una situación de estrés continuado en el trabajo, que deriva en agotamiento físico, mental y emocional y que puede tener como consecuencias: desmotivación, desapego, baja eficiencia y pérdida del sentido de la responsabilidad.
- Los empleados quieren cambiar de jefes, no de trabajo. Ser jefe no es fácil, ya que conseguir que los trabajadores sean altamente productivos, estén motivados y a la vez contentos con su jefe es un hat-trick solo al alcance de los mejores jefes. Pero para jugar en la liga de los mejores jefes es necesario entender qué cosas hacen los malos jefes para acabar con la paciencia de los trabajadores. Por ejemplo, un trabajador puede convertirse en zombi si su jefe se convierte en hombre lobo. Es decir, si el jefe va buscando «víctimas» a las que despedazar emocionalmente con críticas constantes, sobrecargando de trabajo a los subordinados más eficientes, no reconociendo los meritos de los miembros de su equipo o, lo que es peor, apropiándose en exclusiva de estos, los trabajadores pueden convertirse en muertos vivientes por la mordida del licántropo.
- Cuidado con los trabajadores tóxicos. Hay trabajadores que irradian toxicidad, estos son peores que los zombis ya que padecen un tipo de rabia muy dañina para la empresa y los compañeros de trabajo. Estos trabajadores esparcen negatividad, reparten críticas y se quejan constantemente de todo. Es importante detectar a estos trabajadores tóxicos, y ayudarlos a reconducir su actitud, tanto por el bien común como por el suyo propio, y en caso de que esto no fuera posible, prescindir de ellos, para evitar el contagio masivo al resto de los trabajadores de la organización.
- Motivación. Para que los trabajadores se sientan motivados se debe hacer sentir a estos que su presencia y su labor en la empresa es importante, incentivar y reconocer los logros conseguidos, facilitar el estudio y el desarrollo profesional de los trabajadores y desarrollar la promoción interna, siempre que sea posible. Además, si se buscan puestos de trabajo con funciones afines a las aptitudes, habilidades, formación y experiencia de los trabajadores, será más fácil que estén motivados.
- Practicar mindfulness o yoga. El mindfulness es una filosofía de vida basada en la meditación budista que, combinada con otras técnicas de relajación, tiene como finalidad lograr la concentración en el momento presente, así como tomar conciencia de la realidad del mundo que nos rodea. Ser consciente de nuestras pautas y hábitos de comportamiento, prestando atención a los pensamientos, emociones, sensaciones y al ambiente de cada momento, sin entrar en juicios de valor, focalizando la atención en lo que se percibe y en la búsqueda de soluciones a los problemas que puedan surgir, en lugar de preocuparse por problemas cuya resolución no está a nuestro alcance y sus posibles consecuencias, es en lo que se basa el mindfulness. Las técnicas de relajación y meditación pueden ser de gran ayuda para los trabajadores y para la empresa, ya que pueden lograr aumentar la productividad al conseguir múltiples beneficios para los trabajadores y directivos de las organizaciones.
- Entorno de trabajo agradable en el que los trabajadores se sientan cómodos. Un entorno de trabajo agradable, tanto en lo relativo a las condiciones físicas del puesto de trabajo, como en el ambiente que se respira entre los compañeros de trabajo, es algo muy valorado por los trabajadores. Si los trabajadores se encuentran cómodos en su puesto de trabajo es más fácil que se concentren en su trabajo que en criticar un entorno de trabajo en el que no se encuentran cómodos.
- Conciliación. Según el Eurobarómetro de la Unión Europea, uno de cada tres españoles no está satisfecho con la conciliación de su vida laboral y familiar, situación esta que puede desencadenar en frustración y estrés en los trabajadores, sobre todo si se sienten sobrepasados por las tareas asignadas y tienen que dejar de lado su vida personal. Medidas para facilitar la conciliación, como horarios flexibles o posibilidad de trabajar desde el domicilio pueden ayudar a reducir el descontento de los trabajadores.
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José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Director Administrativo y Financiero