¿Cómo hay que llevar la mascarilla en una entrevista de trabajo?

Hay muchos tipos de mascarillas en el mercado y además incluso se pueden personalizar, se puede llevar una quirúrgica, recomendable para personas enfermas, o una higiénica para las personas sanas, pero lo más importante es llevarla, ponérsela bien y saber cuándo quitársela, sobre todo si estamos en una entrevista de trabajo.

Las entrevistas de trabajo por videoconferencia eran poco habituales antes de que la COVID-19 irrumpiera en los procesos de selección, sin embargo, durante el estado de alarma eran casi la única opción, pero ahora, ya en la «nueva normalidad», volvemos poco a poco a las entrevistas de trabajo presenciales.

¿Cómo enfrentarse a una entrevista de trabajo con una mascarilla?

Cuando llamarón a Miguel para mantener una entrevista de trabajo, no se lo podía creer, al principio pensaba que sería por videoconferencia, pero antes de finalizar la llamada le dijeron que la entrevista de trabajo tendría lugar en las instalaciones de la empresa al día siguiente, a las 10 de la mañana.

Miguel se levantó temprano, desayunó poco, pero cuando se disponía a salir de casa no sabía que mascarilla ponerse, tenía una con la bandera de España, otra con la autonómica, una que le había regalado su madre, pero su preferida era una lavable de tela, con la lengua de los Rolling Stones.

Sin embargo, ninguna de estas opciones le convencía para la ocasión, así que decidió salir con tiempo para parar en una farmacia y comprar una mascarilla quirúrgica. Durante el trayecto en metro todavía llevaba la mascarilla de los Rolling Stones, pero al salir por la boca del metro se la quitó y se puso la quirúrgica.

Cuando llegó al edificio de oficinas, un recepcionista le ofreció gel hidroalcohólico y le dio un folleto donde se explicaba el protocolo de seguridad antivirus.

Todavía lo estaba leyendo cuando escuchó que le llamaban por su nombre y apellidos. Entonces se giró y estuvo a punto de ofrecer su mano, pero se contuvo el tiempo suficiente para ver que su interlocutor no hacía ademán de ofrecer la suya. En ese momento le vinieron a la cabeza las noticias del día anterior en las que se informaba de que en un mitin político unos se chocaban los codos, mientas que en una recepción entre presidentes, se llevaban las manos a los hombros simbolizando un abrazo.

Sin darse casi ni cuenta, se encontró en una sala de juntas, en donde le ofrecieron sentarse en un extremo de la mesa. Su entrevistador se sentó en el otro extremo y le dijo: «Hay 6 metros entre nosotros, quizás estemos más cómodos sin mascarillas. Si le parece bien, mientras dure la entrevista, podemos retirárnoslas».

Miguel no se lo pensó dos veces, se retiró la mascarilla y sonrió, sonrió como hacía mucho tiempo que no lo hacía y al retirarse la mascarilla se sintió tan cómodo y tan seguro que salió convencido de que el trabajo sería para él.

Y así fue, a los tres días, el teléfono sonó, y al poco tiempo estaba trabajando.

El trabajo era para creativo de publicidad y al segundo día llevó su mascarilla de los Rolling Stones.

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José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Colaborador del CEF.-