9 consejos para afrontar el despido de un trabajador
Siempre hay una primera vez para todo, y para despedir a alguien también. Si se trabaja en un Departamento de Recursos Humanos, se es gerente de una empresa o responsable de un departamento, despedir a un trabajador es algo que puede tocar hacer, y para lo que es conveniente estar preparado.
La pérdida de un trabajo puede parecer traumática para un trabajador, pero tampoco acostumbra a ser plato de buen gusto para el que ejecuta el despido ya que en el mejor de los casos solo será un momento de cierta tensión, pero en el peor de los casos el trabajador puede perder los nervios y responder agresivamente o derrumbarse e incluso ponerse a llorar.
Antes de llevar a cabo una medida tan drástica como esta hay que tener en cuenta que un despido supondrá las siguientes pérdidas:
- El know how que adquirió el trabajador durante el tiempo que estuvo en la empresa.
- Las horas dedicadas a su formación.
- El coste de su finiquito, que en algunos casos puede ser significativo.
- La selección de un sustituto para el puesto, si el trabajador tiene que ser remplazado.
- El coste de la formación del nuevo trabajador.
- Las pérdidas ocasionadas, mientras el trabajador despedido no es sustituido.
- Las pérdidas derivadas de errores de adaptación del nuevo trabajador al puesto.
Una vez considerados los costes asociados al despido, si la decisión está meditada, se pueden seguir los siguientes consejos:
Planifica el despido
Puede que existan causas más que justificadas para despedir al trabajador, pero es conveniente buscar el momento oportuno y, si el trabajador necesita ser sustituido, encontrar antes un sustituto y formarlo para el puesto.
Asegúrate de cumplir con la legalidad vigente
Los despidos requieren de ciertas formalidades, como plazos de notificación, alegación de las causas que motivan el despido, firmas de las partes, etc. Si se cumple la legalidad se evitarán demandas y si estas se producen la empresa estará en posición de defenderse.
No despidas en caliente
No todos los días son buenos, en ocasiones los problemas se acumulan y puede saltar un chispa que desencadene una discusión, también puede darse el caso de que un trabajador atraviese por problemas personales que afecten a su rendimiento, o que los problemas los tenga el superior y sus subordinados paguen los platos rotos. Estas situaciones y otras muchas similares, no tienen por qué terminar en un despido si se reconducen adecuadamente, al igual que no todas las discusiones entre un matrimonio acaban en divorcio. Divorcio y despido tienen, por cierto, muchos puntos en común.
Documenta el despido
No se trata de soltarle al trabajador toda la retahíla de causas y motivos que justifican un despido, sobre todo si este ya sabe que su rendimiento o comportamiento no es el adecuado, pero sí de tener pruebas que justifiquen la procedencia de un despido, por si hay que aportarlas en un pleito.
Asegura la integridad de la información de la empresa
Hay empleados que manejan información muy sensible, por lo que es conveniente procurar que el trabajador no pueda llevarse información interna de la empresa. En este sentido, una opción es bloquear los accesos a los equipos informáticos mientras el trabajador permanece en un despacho en el que se le está comunicando el despido, para que si vuelve a recoger pertenencias personales a su puesto no tenga ya acceso a la información de la empresa.
Prepara lo que vas a decir
Mientras se produce un despido puede ser una situación muy incómoda para todos ponerse a divagar, contar cosas que no vienen a cuento o pretender humillar al trabajador. Es importante medir bien lo que se va a decir, ya que el trabajador una vez sabe perdido su puesto de trabajo puede responder de manera airada si se siente atacado. Tampoco es de recibo pretender darle pena al trabajador soltando una retahíla de justificaciones. Se deben comunicar las causas del despido, pero procurando ser lo más breve y conciso posible.
Asegura la devolución de los bienes propiedad de la empresa
Si un trabajador tiene un ordenador portátil, un teléfono móvil y un vehículo de la empresa, será mejor ejecutar el despido en un momento en que se encuentren en la empresa todos los bienes que deban ser entregados. En el caso de que el trabajador tenga que hacer entrega de un vehículo hay que asegurarse de que el trabajador tenga facilidades para volver a su domicilio.
Asegúrate de tener testigos del despido
No es conveniente ejecutar un despido en solitario, ya que puede ser una situación tensa que puede complicarse. En las empresas más grandes esto es mucho más fácil ya que puede estar el superior directo y alguien del Departamento de Recursos Humanos. Además, en el caso de que el trabajador se niegue a firmar la notificación del despido, la empresa puede hacer que dos testigos firmen la carta como prueba de que se notificó el despido, aunque la empresa deberá también mandar la carta de despido mediante burofax al trabajador, ya que de esta manera se estaría asegurando una prueba fehaciente de cumplir con lo establecido en el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores en donde se especifica que «el despido deberá ser notificado por escrito al trabajador, haciendo figurar los hechos que lo motivan y la fecha en que tendrá efectos».
Además, un testigo podrá acreditar qué se dice y qué no se dice en el momento del despido, proporcionando seguridad a las partes y mediando en caso de que se entable una discusión.
Evita discusiones
Puede que la persona despedida quiera entablar una discusión por los motivos del despido, o aprovechar para criticar a compañeros y superiores, pero no se debe caer en el juego de ponerse a discutir. Se supone que la decisión está ya tomada, aunque, no obstante, se puede tomar nota de las sugerencias o quejas del trabajador, para contrastarlas y si procede ejercitar medidas correctoras. Perder un trabajo no es una experiencia agradable, escucha atentamente y responde de forma empática y positiva.
Para conocer todo lo relativo a la problemática a la hora de calcular la indemnización de un despido (según el tipo de contrato, su duración y antigüedad o los conceptos retributivos a tener en cuenta y su cuantificación), así como los problemas derivados del procedimiento y su tramitación, el CEF pone a disposición de los interesados el Curso Monográfico sobre Práctica en Despidos.
José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Director Administrativo y Financiero (CFO)