Trabajo informal, mal remunerado o desempleo: la realidad de la mayoría de los jóvenes en los países en desarrollo

Trabajo informal, mal remunerado o desempleo: la realidad de la mayoría de los jóvenes en los países en desarrollo

Los estudios sobre la transición de la escuela al trabajo en los países en desarrollo muestran que los jóvenes tienen muchas más probabilidades de conseguir empleos de baja calidad en la economía informal que empleos con salarios decentes y otros beneficios. El acceso a la educación y la formación, el principal escollo.

En algunos países en desarrollo, dos terceras partes de los jóvenes en edad de trabajar o están desempleados o atrapados en empleos de baja calidad, según el informe Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2013 de la OIT.

En 6 de los 10 países examinados, más de 60 por ciento de los jóvenes están desempleados o trabajan en empleos irregulares, de baja calidad, mal remunerados, con frecuencia en la economía informal; o, por otro lado, han quedado fuera de la fuerza laboral o no estudian ni están en formación. En Liberia, Malawi y Togo, esta cifra supera el 70 por ciento.

El potencial económico desperdiciado en los países en desarrollo es alarmante. Para un gran número de jóvenes, esto significa que un trabajo no necesariamente equivale a un medio de vida suficiente”, declaró Sara Elder, coautora del informe y especialista en investigación para el Programa de Empleo Juvenil de la OIT.

Los estudios sobre la transición escuela-trabajo van más allá de las encuestas convencionales sobre la fuerza laboral y analizan cuestiones como empleo atípico y la subutilización de la mano de obra, calidad del empleo, satisfacción profesional y las transiciones de los jóvenes hacia y dentro el mercado laboral.

El marco analítico de este estudio se armó alrededor de datos desagregados y matizados que resaltan los desafíos específicos de los jóvenes en los países en desarrollo”, indicó José Manuel Salazar-Xirinachs, Subdirector General de Políticas de la OIT.

El informe sostiene además que cuando el desempleo contabiliza aquellos que no están buscando trabajo de manera activa, la tasa de desempleo es mucho más alta de los que sugieren las cifras oficiales. Por ejemplo, en Liberia, Malawi, Togo y Perú, la tasa de desempleo es más del doble de lo que revelan los datos oficiales.

En algunas economías en desarrollo, el desempleo afecta hasta un cuarto de la población joven. Estos jóvenes no tienen acceso a la protección social.

Al mismo tiempo, aquellos que están empleados tienden a trabajar el  sector informal y a recibir salarios bajos. En Camboya, Liberia, Malawi y Perú, más de 80 por ciento del empleo juvenil se encuentra en la economía informal y dos terceras partes de los jóvenes trabajadores están mal remunerados.

El enigma del mercado laboral

Mientras menos jóvenes tengan un trabajo decente y productivo, menor será el crecimiento económico; mientras menor sea el crecimiento del empleo, habrá menos oportunidades que permitan a los jóvenes encontrar un trabajo productivo”, explicó Elder.

Este es el enigma de los mercados laborales en las economías en desarrollo. Para romper este ciclo, son indispensables educación y formación de calidad universales, y gobernanza responsable”, agregó.

Según el informe, “en las economías desarrolladas, los niveles de educación han incrementado pero siguen siendo muy bajos. Son pocos los que obtienen una cualificación de enseñanza secundaria”.

En Camboya, por ejemplo, 62 por ciento de los jóvenes termina el nivel de educación primaria, otro 34 por ciento continúa para terminar los estudios secundarios, y sólo 4 por ciento obtiene un título universitario.

El informe es un llamado a la acción para preparar a los jóvenes con competencias que respondan a las necesidades de los empleadores”, declaró Reeta Roy, Presidenta y Directora General de la Fundación Master Card, la cual se asoció con la OIT para la elaboración del informe.

El sector privado, los formadores y los gobiernos necesitarán colaborar para ayudar a los jóvenes a encontrar un trabajo estable”, agregó Roy.

Empleos de baja calidad, pero alta satisfacción laboral

En los países en desarrollo, la satisfacción laboral es sorprendentemente alta a pesar de la baja calidad del empleo, un indicio de la ausencia total de oportunidades de trabajo decente que obliga a las personas a aceptar cualquier tipo de empleo.

Al parecer, a los jóvenes en las economías desarrolladas les cuesta mucho expresar descontento en relación a su empleo. De hecho, la aparente contradicción de un joven que realiza un trabajo que le ofrece pocas satisfacciones en términos de recompensa económica, estabilidad y seguridad, y que al mismo tiempo expresa satisfacción por el trabajo, probablemente refleja el optimismo de los jóvenes y su capacidad de adaptarse a una realidad donde existen tan pocos 'buenos' trabajos”, indica el informe.

OIT