¿Son los trabajadores un activo, un pasivo, un gasto o una fuente generadora de ingresos?
En una empresa de éxito que crece y genera beneficios sus empleados son su principal activo, mientras que en una empresa en crisis sus empleados pueden considerarse como un pasivo a tener en cuenta para liquidar o vender la compañía.
Cuando una empresa adquiere un inmovilizado, contablemente se registra en el activo del balance y se le suman todos los gastos directos e indirectos necesarios hasta su puesta en condiciones de funcionamiento. Sin embargo, los costes necesarios para formar a un trabajador constituyen un gasto para la empresa, al igual que sus costes salariales.
Por lo tanto, si una empresa adquiere un robot, este será un activo a amortizar en varios años y su situación en el balance de la empresa incrementará su valor. Sin embargo, un trabajador que genere mayor valor a la empresa que el robot contablemente constituirá un gasto a detraer de los beneficios empresariales del ejercicio.
¿Cómo valora el mercado laboral a los trabajadores?
Una empresa puede abrir su puerta a la entrada de un becario sin experiencia y mostrar la de salida a un trabajador con muchos años de experiencia y con una solida formación.
Este trabajador con experiencia y formación, puede ser considerado en el mercado laboral como un activo a incorporar, por su potencial generador de ingresos para la compañía, o, por el contrario, un activo ya amortizado, si cuenta con una determinada edad y la valoración la hace una empresa que descarta sistemáticamente el talento sénior.
- En el primer caso, gracias a su experiencia acumulada y formación, puede encontrar un trabajo, incluso con una remuneración más alta que la de la empresa que abandona.
- En el segundo caso, se encontrará con compañías para las que no merece ni tan siquiera la oportunidad de ser llamado para una entrevista de trabajo, simplemente por superar una determinada franja de edad.
Consideración de los trabajadores como un pasivo o un gasto
El coste salarial de los trabajadores de una empresa es un gasto contable que, cuando la actividad empresarial decae y las ventas se reducen, pesa como una losa en la cuenta de resultados.
Cuando una empresa se encuentra en crisis, sus trabajadores suelen tratarse como un pasivo, al valorarse según su coste de liquidación. Al despedir empleados, en algunos casos, los gastos se reducen y la empresa puede salir adelante. Sin embargo, en otros casos, la rescisión de determinados contratos puede acarrear una importante pérdida de Know How y suponer un importante quebranto para la empresa por el importe de sus finiquitos, lo que puede abocarla a un rápido cierre.
También se puede dar el caso de empresas con empleados tóxicos, que restan más que sumar, drenando recursos de la empresa y minando la productividad del resto del equipo. En este caso, pueden constituir unos pasivos muy costosos que cuanto antes se amorticen mejor será el rendimiento de la empresa.
Consideración de los trabajadores como un activo y una fuente generadora de ingresos
Pensemos en la inversión realizada en un trabajador, en sus conocimientos adquiridos durante su bagaje por la empresa, en su importancia dentro del equipo, en la formación que ha realizado y, yendo un poco más atrás, podemos incluso valorar la formación realizada por ese trabajador antes de incorporarse a la empresa y su experiencia adquirida previamente a la incorporación.
En una asesoría, por ejemplo, su verdadero valor está en sus clientes y en los conocimientos de las personas que ofrecen el servicio de asesoramiento a estos, no en lo que queda pendiente de amortizar de equipos y programas informáticos.
En lo relativo a los futbolistas, el trato contable que se les da en las Normas de Adaptación del Plan General de Contabilidad a las Sociedades Anónimas Deportivas es el de considerar los gastos de adquisición de jugadores como un activo inmaterial, recogido en la cuenta 215. «Derechos de adquisición de jugadores», al producirse dichos gastos como consecuencia de una transacción onerosa y solo por el importe del «transfer». Esta cuenta se amortizará en función del tiempo de duración del contrato.
En el punto 5.e de las normas de valoración se dice que por derechos de adquisición de jugadores se entiende el importe devengado por la adquisición de un determinado jugador (nacional o extranjero) procedente de otra entidad. En este importe se incluirán todos los gastos realizados que sean necesarios para la adquisición de este jugador.
Sin embargo, los jugadores parecen no tener un valor hasta que son transferidos, por lo que un equipo que haya ganado la liga con todos sus jugadores canteranos aparentemente no tendría un gran valor en balance.
Se debería de buscar la forma de reflejar en el balance de las sociedades el valor de las personas, ya que pueden valer más que cualquier otro activo de la empresa. Una empresa son las personas que la componen, y además la sustitución de cualquier empleado acarrea unos costes de selección, adaptación y formación.
Las empresas para tener éxito necesitan que los empleados que forman parte de su activo sean más y tengan más fuerza y empuje que los que forman parte de su pasivo por su actividad tóxica.
Por lo tanto, los trabajadores pueden ser todas las cosas a la vez: un activo, un pasivo, un gasto y una fuente generadora de ingresos. Todo depende del punto de vista del que los valora y del momento en que lo haga. En cualquier caso, considerar a los trabajadores como un activo, ayudará a evitar la fuga de talentos.
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José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Colaborador del CEF.-