La gestión de competencias es el modelo de referencia en muchas empresas para seleccionar, desarrollar, motivar e incentivar a sus empleados. Este modelo distingue entre competencias técnico-profesionales (conocimientos, habilidades y actitudes relacionados con el desempeño específico del puesto) y competencias sociopersonales (conocimientos, habilidades y actitudes relacionados con la interacción social y personal del trabajador). Dentro de este último grupo estarían las competencias emocionales, como la motivación, la autoconfianza, el autocontrol, la tolerancia al estrés, la asertividad o la empatía. Aunque el modelo más conocido en el mundo empresarial es el de inteligencia emocional, existen diversas propuestas teóricas que son antecedentes de este modelo y otras que se han derivado como consecuencia del avance de la investigación en esta área. Las investigaciones muestran que las competencias emocionales tienen un rol importante en la predicción de distintas variables organizacionales, como el desempeño o el compromiso, y que también pueden tener un rol amortiguador ante situaciones de estrés laboral o burnout. Sin embargo, existe ambigüedad en la definición de estas competencias dentro de los perfiles de los puestos que puede dificultar su aplicación en los distintos ámbitos de la gestión de personas en la empresa.
Palabras claves: competencias emocionales; inteligencia emocional; recursos humanos; gestión de personas.