Creatividad, innovación, escalabilidad y rentabilidad son algunas de las características que diferencian a las startups de las empresas tradicionales. Su principal objetivo es alcanzar el éxito en un plazo relativamente corto, por lo que requieren de un equipo de profesionales con un perfil específico, que comparta su visión y esté dispuesto a enfrentarse a desafíos constantes.
Para poder cumplir sus objetivos, el área de Recursos Humanos se convierte en un socio estratégico clave, ya que debe contratar, motivar y retener a los trabajadores necesarios para potenciar el desarrollo de este tipo de empresas emergentes.
En la búsqueda del talento adecuado, las startups se enfrentan a retos específicos en cada etapa del proceso, desde la atracción hasta la retención, pasando por la identificación de perfiles técnicos esenciales.