La legislación procura proteger a todos aquellos que se puedan ver afectados por conductas inapropiadas. La discriminación por razón de sexo, es una de esas conductas inapropiadas carentes del más mínimo sentido común, sobre todo si tenemos en cuenta que todos somos hijos de una mujer, a la que aplicando el sentido común, no nos gustaría que se hubiese discriminado por traernos al mundo o, lo que es peor, por tener la posibilidad de hacerlo.
Para intentar paliar este tipo de conductas, el Real Decreto-Ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres en el empleo y la ocupación, introduce importantes novedades que tienen un impacto directo en las obligaciones y derechos de empresas y trabajadores con el objetivo de garantizar la igualdad de trabajo entre mujeres y hombres. Sin embargo, países como Islandia han ido más lejos prohibiendo directamente la existencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres.